Ahora nos queda una parte más complicada de lo que parece: representar en un papel aquello que hemos experimentado con nuestros sentidos.
Antes de eso les propongo hacer con cuerdas un cerebro como el que hemos tenido en nuestras manos.
Al principio no saben muy bien cómo hacerlo porque yo no les doy directrices, pero después de recordar juntos cómo era el cerebro y la forma que tenía, comienzan a salir las primeras ideas.
Una vez hecho esto, pasamos a dibujarlo en la pizarra y luego en el papel.
Podéis observar cómo cada uno interpreta lo vivido a su manera. Así salen diferentes tipos de cerebros... ¡eso es lo interesante!
Para vernos, poned los altavoces y haced DOBLE CLICK en la flechita:
Por último, hacemos un cerebro con plastilina.
Una vez más, hay diferentes interpretaciones, ¡todas válidas!
Si lo queréis ver, haced doble click en la imagen:
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